sábado, 28 de septiembre de 2013

El invierno acecha


Tengo silencios incómodos, todas las canciones que dicen tu nombre, todas las cosas que no puedo decirte, y un puñado de lagrimas del día que pasamos a ser dos desconocidos. Dos desconocidos, que se conocieron muy bien; dos personas que lo supieron todo el uno del otro menos que debería haberse conocido antes. No llegamos a saber como sería un beso de nuestros secos labios de invierno. Y a mi solo me queda la lluvia de diciembre. El cabrón del frío es el que me recuerda que no tengo a quien abrazarme para entrar en calor. Me la juego cada día que salgo sin abrigo, y me vendo al diablo cada vez que busco calor en una manta de sofá, y es que como el calor que dan tus ojos no hay nada. 

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