sábado, 28 de septiembre de 2013

El invierno acecha


Tengo silencios incómodos, todas las canciones que dicen tu nombre, todas las cosas que no puedo decirte, y un puñado de lagrimas del día que pasamos a ser dos desconocidos. Dos desconocidos, que se conocieron muy bien; dos personas que lo supieron todo el uno del otro menos que debería haberse conocido antes. No llegamos a saber como sería un beso de nuestros secos labios de invierno. Y a mi solo me queda la lluvia de diciembre. El cabrón del frío es el que me recuerda que no tengo a quien abrazarme para entrar en calor. Me la juego cada día que salgo sin abrigo, y me vendo al diablo cada vez que busco calor en una manta de sofá, y es que como el calor que dan tus ojos no hay nada. 

Sabes?

Me dueles cada día un poquito más hondo, y también me duele no haberte podido decir todo esto cuando aun sentías algo por mí. Que sé que esto no es un adiós, solo un hasta luego, de tantas veces que lo he oído este año te aseguro que me lo sé de memoria y es que, últimamente te hecho de menos, incluso mas que en todo el verano, y todo por esa puta manía tuya, decidiste volver y abrir esa herida que creía cerrada, intente sustituirte (intento fallido) cuando tú hace tiempo que me sustituiste, que empezaste a despreciar el amor, besando a cualquiera que tuviese una cara bonita pero mala fama, y sabes qué, que aunque tú no lo sepas te puedo asegurar que ninguna de esas personajas te han podido querer la mitad que yo y que ninguno de esos rompe-corazones que han pasado por mi vida han despertado eso que me hacías sentir tú con un "te quiero" y se que no esta bien y que hace ya tiempo que me prometí a mi misma dejar de hacerme daño, de escribirte, pero aquí me ves "pensándote tanto y olvidándote tan poco" y comparando a cualquier chico contigo, pero cariño, ninguno de ellos llegan la suela del zapato.

Puntos finales y sus respectivas mayúsculas

 Pudiste ser la letra capital de cada una de mis entradas que de amor hablarán, pero no, tú decidiste alejarte, pasaste de ser mi vida a una ráfaga de aire, hasta que te convertiste en punto final, ese que lo da todo por acabado, el que te deja con ganas de más, ese tipo de punto. Y todo por tus manías, las mismas que la gente dice  que te acaban gustando, pero que yo aborrecí como nadie, fueron esas hijas de puta las que nos impidieron estar juntos, y es que tú odiabas pertenecer a alguien, cuando sabes que yo lo habría dado todo por ser tuya.

Cómo llamar a eso que no tiene nombre

Dicen que uno no sabe valorar lo que tiene hasta que lo pierde, pero yo lo sabía y aun así te perdí, o me perdí que es lo mismo.
Lo peor no fue perderte a ti sino a lo que yo creí que eras, de quien realmente me había enamorado, y ya sabéis que opino de amor o del dolor, que es lo mismo. 
Y todo es perfecto hasta que deja de serlo o hasta que en tu vida entra un cabrón camuflado de enamorado dispuesto a joderte por dentro; ese que te llamaba a las dos de la mañana para decirte que te quería, que no podía vivir sin verte, el que te despertaba con mensajes de buenos días, el de los besos perfectos.... Es el mismo que va dejando en tu corazón pedacitos de él para que no puedas olvidarlo. 
Que mi corazón esta en ruinas, con miedo a que vuelvan a atacarle ahora que esta indefenso, con miedo a que vuelvas a llamarme para despedirte con un jodido adiós que pronunciado con tu voz aun duele más.

Un pequeño comienzo dedicado a una gran persona

Bienvenido tú a mi vida, o a mi blog, hace ya tiempo que empecé a plantearme eso de dejarme llevar por las letras y la verdad es que no suena nada mal.
Un pequeño empuje es tal vez lo único que necesitaba para darle vida a esto y tú me lo diste, así que, entre otras cosas, esto se ha iniciado gracias a ti o a vosotros.